Huella de carbono: medir y reducir nuestro impacto ambiental

¿Qué es la huella de carbono?

La huella de carbono de una empresa es el total de gases de efecto invernadero (principalmente dióxido de carbono) que generan sus operaciones. Para la mayoría de las empresas, una parte significativa de esta huella procede del consumo de energía, que alimenta las oficinas, hace funcionar los procesos de fabricación y propulsa las flotas de transporte.

Los ejemplos de huella de carbono varían mucho de un sector a otro. Por ejemplo:

• La huella de una empresa tecnológica puede estar dominada por el uso de energía del centro de datos y los desplazamientos de los empleados
• Una empresa manufacturera puede tener emisiones significativas derivadas de los procesos de producción y el transporte de materias primas
• Una cadena minorista puede determinar que su mayor impacto de carbono procede de su cadena de suministro y del transporte de los clientes a las tiendas

En resumen, la huella de carbono de cada empresa procede de una mezcla de emisiones directas (Alcance 1), indirectas (Alcance 2) y de la cadena de valor (Alcance 3). Mientras que los dos primeros abarcan el uso de combustible in situ y la energía adquirida, el Alcance 3 –que engloba a proveedores, productos y clientes– suele ofrecer la mayor oportunidad para reducir el impacto de carbono global.

Argumentos empresariales para la reducción del carbono

A medida que empresas como GreenTech Solutions lidian con sus responsabilidades ambientales, la evaluación y el trabajo para reducir su huella de carbono se ha convertido en un aspecto clave de los esfuerzos de sostenibilidad corporativa. Este enfoque no solo contribuye a mitigar el cambio climático mundial, sino que a menudo permite mejorar la eficiencia operacional y ahorrar costos.

Los climatólogos llevan mucho tiempo haciendo hincapié en el vínculo entre las operaciones empresariales y el cambio climático como una oportunidad única para que las empresas lideren la sostenibilidad. Si se pasan a energías renovables y abordan su dependencia de las fuentes de energía tradicionales, las empresas pueden:

• Reducir las presiones normativas y los costos de cumplimiento mediante la adopción proactiva de prácticas más ecológicas
• Mejorar la resiliencia de la cadena de suministro al mitigar las disrupciones causadas por fenómenos meteorológicos extremos
• Aprovechar los cambios en las preferencias de los consumidores con productos sostenibles que atraigan a clientes concienciados con el medio ambiente
• Reforzar la reputación de la marca al posicionarse como ciudadanos corporativos responsables comprometidos con la reducción de su impacto de carbono
• Influir positivamente en el cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
• Obtener beneficios económicos gracias al ahorro de costos que suponen las estrategias de eficiencia energética y de reducción de emisiones
• Mejorar la calidad de vida y la salud pública al reducir la contaminación y sus efectos nocivos

Cómo medir su huella de carbono

Como líder empresarial, puede que se sienta un poco abrumado ante la perspectiva de calcular la huella de carbono de su empresa. Al fin y al cabo, ¡no es precisamente una habilidad que enseñen en la facultad de empresariales! Pero no se preocupe: aunque pueda parecer una tarea desalentadora, existen métodos y herramientas bien establecidos que le guiarán a lo largo del proceso. Desglosémoslos de forma más comprensible:

• Análisis del ciclo de vida: es el equivalente ambiental de redactar una biografía detallada de su producto o servicio. Lleva la trazabilidad de las emisiones «de la cuna a la tumba», es decir, desde la extracción de las materias primas hasta su eliminación. Es minucioso, pero puede llevar mucho tiempo y consumir muchos recursos.
• Protocolo de gases de efecto invernadero: este es el método de eficacia probada que utilizan muchas empresas. Desglosa las emisiones en tres categorías o «alcances»:
  • Alcance 1: se trata de las emisiones que usted controla directamente; piense en los gases de escape de los vehículos de su empresa o en el combustible que queman sus calderas.
  • Alcance 2: abarca las emisiones de la energía que adquiere, principalmente electricidad.
  • Alcance 3: esta es la más complicada, pues incluye todas las demás emisiones indirectas de su cadena de valor, desde los desplazamientos al trabajo de su plantilla hasta la eliminación de los productos que vende.
• Análisis input-output: si se siente más cómodo con los informes financieros que con las ciencias ambientales, este método podría ser para usted. Calcula las emisiones basándose en sus transacciones financieras y en los promedios del sector.
• Calculadoras de emisiones: aunque suelen estar dirigidas a particulares, algunas se han diseñado para las pequeñas y medianas empresas. Son fáciles de utilizar y pueden ofrecer una cifra aproximada con la que trabajar.

Cómo reducir su huella de carbono

Ya ha hecho números y ha dado la cara por la huella de carbono de su empresa. ¿Y ahora qué? Hay una serie de consejos prácticos que pueden ayudar a su empresa a minimizar su impacto de carbono.

• Saque partido del sol y el viento: las energías renovables se han generalizado y son más asequibles que nunca. Ya sea con paneles solares en el tejado, invirtiendo en un parque eólico o simplemente cambiándose a un proveedor de energía verde, alimentar sus operaciones con energías renovables es como echar una mano a la madre naturaleza.
• Estrategias de ahorro energético: cambie sus viejos electrodomésticos que consumen mucha energía por modelos elegantes y eficientes. La iluminación led no es solo para las cafeterías de moda, también puede reducir drásticamente la factura de la luz. Y no se olvide del poder de un buen termostato. Unos grados menos en invierno y más en verano pueden marcar una gran diferencia.
• Ecologice su flota: si su empresa se vale de vehículos, plantéese pasarse a modelos eléctricos. Los vehículos eléctricos se están abriendo paso en todos los sectores, desde las furgonetas de reparto hasta los camiones de larga distancia. ¿No se puede pasar a un 100 % eléctrico? Incluso el cambio a híbridos o modelos más eficientes en el consumo de combustible puede reducir sus emisiones.
• La revolución de la oficina en casa: el teletrabajo, aunque sea a tiempo parcial, puede reducir las emisiones de los desplazamientos y el consumo de energía de la oficina. Además, su plantilla le agradecerá las horas de sueño extra y la reducción de las facturas de la tintorería.
• Reorganización de la cadena de suministro: examine detenidamente a sus proveedores. ¿Existen opciones locales que puedan reducir las emisiones del transporte? ¿O proveedores con credenciales de sostenibilidad sólidas? Su poder adquisitivo se puede extender a toda la cadena de suministro.
• Reducir, reutilizar, replantear: depure sus procesos. ¿Puede digitalizar más documentos? ¿Puede reparar los equipos en lugar de sustituirlos? Quizá haya llegado el momento de replantearse el embalaje de sus productos.

Por último, compensa lo que no puedas eliminar. Seamos realistas, algunas emisiones son difíciles de evitar. Para esas, considere los programas de compensación de carbono. Ya sea plantando árboles o invirtiendo en proyectos de energía limpia, las compensaciones pueden ayudarle a equilibrar sus emisiones inevitables.

Cuando los cálculos de carbono se complican

Ha hecho sus pinitos en el mundo del cálculo de la huella de carbono. Sin embargo, a medida que se adentra en el terreno de las emisiones y el impacto, quizá se dé cuenta de que las cosas no siempre están tan claras como parecen. Destapemos algunas de las peculiaridades de las matemáticas de la huella de carbono.

• Medición y creación de informes: imagine que intenta trazar una línea alrededor de todas sus emisiones de carbono. Parece sencillo, ¿a que sí? Pues la cosa se complica rápidamente. ¿Está contando las emisiones de los desplazamientos de su plantilla? ¿Y la electricidad utilizada para fabricar las piezas de sus productos? De repente, su pequeña y ordenada huella de carbono se parece más a una enmarañada red de impactos interconectados.
• El enigma del carbono: pasarse a las energías renovables es estupendo para reducir la huella de carbono. No obstante, ¿cómo se contabilizan las emisiones de carbono derivadas de la fabricación de esos paneles solares o turbinas eólicas?
• Factores de emisión cambiantes: los ejemplos de huella de carbono suelen utilizar factores de emisión normalizados, como cuánto CO₂ se produce por kilovatio-hora de electricidad. Sin embargo, estos factores cambian a medida que las redes se vuelven más ecológicas o las tecnologías mejoran.
• Evaluación de proveedores: para las empresas, las emisiones del Alcance 3 (las emisiones indirectas de su cadena de valor) son a menudo la mayor parte de su huella de carbono. También son las más difíciles de medir con precisión.
• El desafío de la compensación: la compensación de carbono puede ser una excelente herramienta para la reducción de emisiones, pero no está exenta de polémica. ¿Cómo se asegura de que ese proyecto de plantación de árboles captura realmente el carbono que usted cree?
• Barreras de comportamiento: aunque se pueden medir muchos aspectos de la huella de carbono, es difícil cuantificar el impacto de los cambios de comportamiento. ¿Cómo se miden las emisiones que ha ahorrado al motivar a su plantilla para que tengan mayor conciencia ambiental?
• Caos comparativo: diferentes métodos de cálculo y límites para la huella de carbono pueden conducir a resultados muy diferentes, lo que hace difícil saber si realmente está progresando en la reducción de su impacto de carbono.

Tecnología respaldada por normas

Ahora bien, no deje que estas limitaciones le desanimen. A medida que las empresas profundizan en su itinerario de reducción del carbono, se dan cuenta de la importancia de alinear sus esfuerzos con las Normas Internacionales. Estas normas son como la piedra Rosetta para traducir su huella de carbono a un lenguaje universal. La serie ISO 14064 es la guía de referencia para la contabilidad de los gases de efecto invernadero y abarca desde la cuantificación de las emisiones hasta la verificación de los resultados. Para quienes se adentren en los ciclos de vida de los productos, las normas​​​​​​​ISO 14040 y​​​​​​​ ISO 14044 les guiarán a través de análisis exhaustivos. Y no hay que olvidarse de la norma​​​​​​​ ISO 14083, el GPS para navegar por las emisiones de la cadena de transporte.

Estas normas no son un mero ejercicio de ir marcando casillas, sino poderosas herramientas para comprender y reducir su impacto de carbono. Tanto si va a incorporar energías renovables como a afinar sus estrategias de reducción de emisiones, estas directrices brindan un marco común para afrontar los desafíos climáticos que compartimos.

• ISO 14064-1:2018Greenhouse gases
• ISO 14040:2006Environmental management — Life cycle assessment — Principles and framework
• ISO 14083:2023Quantification and reporting of greenhouse gas emissions arising from transport chain operations

Nuevas tendencias en la gestión del carbono

De cara al futuro, se hace evidente que gestionar nuestra huella de carbono se convertirá en algo tan rutinario como leer nuestro correo electrónico. Pero ¿qué nos augura la gestión del carbono?

• Herramientas de contabilidad del carbono más inteligentes: imagine asistentes dotados de inteligencia artificial que no solo hacen un seguimiento de su huella de carbono, sino que también le sugieren formas personalizadas de reducirla. Reducir su impacto de carbono pronto podría ser tan divertido como desbloquear logros en su aplicación favorita.
• Foco en las operaciones comerciales: desde los viajes del personal hasta el almacenamiento en la nube, las empresas comenzarán a medir la huella de carbono de todo lo que hacen. Muy pronto, «¿qué es la huella de carbono?» formará parte de la conversación en todos los departamentos –RR. HH., TI e incluso marketing–, buscando cada uno formas de reducir su parte de emisiones.
• Soluciones ecológicas: las empresas invertirán en soluciones basadas en la naturaleza, como bosques y humedales, utilizándolos para absorber los gases de efecto invernadero. Considérelo como alistar a la propia madre naturaleza en su lucha contra las emisiones de carbono.
• Eliminación de carbono de última generación: veremos grandes avances en tecnologías como la captura directa del aire, capaces de extraer el CO2 de la atmósfera. Estas innovaciones potenciarán las estrategias de gestión del carbono de las empresas y ayudarán a mitigar las emisiones de modos antes inimaginables.
• Enfoque en el Alcance 3: el foco se desplazará hacia las emisiones de Alcance 3: esas emisiones ocultas de las cadenas de suministro y los viajes de negocios. Las empresas los enfrentarán con firmeza y harán que todas las partes de sus operaciones sean más sostenibles.
• La búsqueda de la circularidad: los productos diseñados para poder reutilizarlos, repararlos y reciclarlos serán clave y ayudarán a las empresas a reducir drásticamente los residuos y las emisiones de carbono, al tiempo que se replantea cómo fabricamos y empleamos los bienes materiales.

Tampoco debemos olvidarnos de la tarificación del carbono: una tendencia que llegó para quedarse. Los gobiernos y los mercados asignan cada vez más un costo a las emisiones de carbono, lo que crea un incentivo financiero para que las empresas reduzcan su impacto de carbono. A medida que se desarrollan estos acontecimientos, las Normas Internacionales desempeñarán un papel aún más importante a la hora de garantizar la coherencia y la credibilidad de la gestión global del carbono.

Reducir nuestro impacto de carbono

Admitámoslo: calcular su huella de carbono puede parecer como intentar contar copos de nieve en una ventisca. Es algo complejo, enrevesado y siempre cambiante. Sin embargo, como cualquier itinerario que merezca la pena, el camino hacia un mundo con bajas emisiones de carbono no siempre es sencillo. Comprender las complejidades del cálculo de la huella de carbono no merma el valor del concepto. Solo significa que debemos abordar nuestros cálculos con una buena dosis de humildad y pensamiento crítico.

Recuerde que el objetivo no es una perfecta precisión, sino que tomemos medidas significativas. Incluso si su cifra de huella de carbono no es precisa hasta los decimales, el proceso de calcularla puede revelar ideas poderosas acerca de cómo reducir su huella de carbono. Por todo ello: siga midiendo, siga mejorando y siga esforzándose para reducir esta huella. ¿Quién sabe? Tal vez su enfoque innovador para afrontar estos desafíos sea el próximo gran avance en la contabilidad del carbono. ¿No sería esta una huella que valdría la pena dejar?